Ahora está muy de moda el tema de la inteligencia artificial y vemos cómo nuestra sociedad cambia día a día gracias a la tecnología pero, ¿cómo comenzó todo?¿quién fue uno de los primeros en indicar el camino?

Alan Turing, esa es la respuesta que buscábamos. Fue un londinense nacido en Paddington el 23 de junio de 1912. Un genio matemático que gracias a su inteligencia cambiaría el rumbo de la historia con la creación de BOMBE, cuando colaboraba con el servicio de inteligencia británico durante la segunda Guerra Mundial.

Vayamos al principio. Alan estudió en el internado Sherbone en Dorset entre los años 1926 – 1931. Empezó a destacar y demostrar sus capacidades resolviendo problemas matemáticos. Con dieciséis años ya conocía y entendía el trabajo de Einstein.

La etapa universitaria la desarrollaría en Cambridge, donde en 1934 se licenciaría en Matemáticas. En 1936 publicaría un artículo que fue titulado Sobre los números computables, con una aplicación al problema de decisión. Introduciría el concepto de algoritmo y explicaría las bases de su máquina de calcular: la Maquina Universal, que más tarde sería conocida como la Maquina de Turing.

Entre 1937 y 1938 se doctoraría en la Universidad de Princeton, en Nueva Jersey. Su tesis hablaba de la resolución de problemas matemáticos que no tenían solución algorítmica mediante la hiperconmutación.

Un año después Gran Bretaña entraría en la Segunda Guerra Mundial, junto con Francia conformaría el eje de los aliados contra la Alemania de Hitler y la Italia de Benito Musolini.

Alan Turing sería contratado como criptólogo por el ejército británico. Su base estaría en Bletchley Park, una instalación secreta localizada en Buckinghamshire y conocida como Station X. En dicho lugar se recibían los mensajes enviados por los nazis, se traducían y se desencriptaban para así poder saber cual era el siguiente paso a dar.

Los mensajes nazis eran creados a través de Enigma. Alan Turing junto con su equipo serían los encargados de descifrar dicho código. El combate estaba servido Enigma contra la Bombe.

Primero veamos qué era enigma

Enigma era la máquina que usaban los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial para transmitir los mensajes a sus cuerpos militares.

Estos mensajes iban encriptados y los aliados eran incapaces de poder descifrarlos, ahora veremos el por qué, ya que el funcionamiento de enigma era toda una obra de ingeniería.

Enigma fue inventada por un alemán llamado Arthur Scherbius en 1918, se modernizó y fue en el año 1925 cuando se diseña el prototipo que se usaría en la segunda guerra mundial por parte de los nazis. Hubo varios modelos de enigma a lo largo de la contienda, es más, cada división militar usaba un prototipo distinto, por ejemplo la máquina de submarinos no era igual que la del ejército de tierra, etc.

Aproximadamente los alemanes usaron unas 30.000 máquinas a lo largo de toda la guerra.

¿Cómo funcionaba enigma?

El modelo básico estaba formado por:

  • Un teclado para escribir el mensaje (el mensaje se escribía de manera normal),
  • Un panel inferior (clavijero) para intercambiar letras
  • 3 o 4 rotores (donde se producían los códigos)
  • Un reflector

Tendríamos el motor de cifrado propiamente dicho, que toma la letra que ha pulsado el operador y la transforma en una totalmente distinta. Este segundo elemento es el corazón de la máquina, es donde ocurre realmente el cifrado y donde están las fortalezas y las debilidades. El tercer y último elemento sería el tablero donde una serie de luces le indican al operador cuál es el resultado del cifrado.

Lo fundamental eran los 3 rotores, los cuales se podían intercambiar. La base del mecanismo era que los rotores cambiaban de posición las letras del alfabeto, lo importante era que cada vez se codificaba una letra porque el rotor se desplaza una posición y así las letras iban cambiando. Al dar una vuelta completa al rotor se comenzaría de nuevo con su codificación inicial, si solo hubiese un rotor el código sería muy fácil de descifrar, de ahí que la máquina tuviese dos rotores más.

Así al codificar una letra saltaba una posición el rotor más rápido, el de más a la derecha. Una vez había dado una vuelta entera, empezaba a rotar el de en medio (para cada nuevo movimiento había que esperar los 26 movimientos del rotor rápido) hasta llegar al menos rápido que era el de la izquierda. El reflector permitía volver a reflejar la señal y que esta apareciera decodificada en un panel superior.

Por si este sistema no era lo suficientemente complejo se añadió un panel inferior conocido como clavijero donde se podían intercambiar las letras, por ejemplo la B-O. Al escribir la B se reflejaba en el papel la O y viceversa.

Además hay que tener en cuenta que cada rotor contenía una permutación del abecedario pero no ordenado.

Para asegurarse de dificultar a los aliados la tarea de descifrar enigma cada mes los operadores encargados de enviar mensajes recibían un nuevo libro de códigos con las claves que se debían usar cada día:

* Las posiciones del clavijero: A/D C/G M/P R/S T/F L/U

* La disposición u orden en que se colocaban los rotores: 2-1-3

* Las posiciones iniciales de los rotores: S M E

La dificultad en descifrar enigma estaba en la cifra de posibles combinaciones. Sólo la combinación de los rotores nos indican que hay 17.576 de posibilidades (26 X 26 X 26)

Si un mensaje tuviera más de 17.576 letras, habría repeticiones, lo que permitiría descubrir indicios del código.

Esta cifra, habría que multiplicarla por 6  que son el número de combinaciones posibles relacionadas con el orden de los rotores y las diferentes combinaciones de pares de letras en el panel del clavijero. Los aliados lo tenían realmente complicado.

Habían encontrado patrones en los mensajes nazis pero no era suficiente. Además trabajaban contra reloj ya que al final del día cuando daban las 00:00, el código volvía a cambiar, así todo el esfuerzo y trabajo realizado durante el día no servía para nada, al igual que la carroza de Cenicienta, todo se convertía en calabaza.

La conclusión de Alan después de todo esto fue: «¿Y si, para poder vencer a una máquina, necesitamos otra máquina?», el siguiente paso sería empezar a trabajar en la BOMBE.

LA BOMBE

En la Station X consiguieron descifrar enigma, este hito cambiaría el rumbo de la guerra. Probablemente la decantó de manera notable hacia el bando de los aliados.

Había que crear una máquina capaz de detectar la configuración alemana con una «muestra» de mensaje (en todos los mensajes nazis se repetían las mismas palabras Heil Hitler), por lo tanto tendrían que realizar combinaciones de rotores parecida a enigma. Modificando el modelo inicial, el 14 de marzo de 1940 consiguieron crear «Bombe», el prototipo que sería capaz de descifrar los códigos enigma, se le apodó así debido a las decenas de relés que hacían un constante “tic tac”.

Bombe fue una máquina electromecánica que simulaba el funcionamiento de las enigma y ayudaba a encontrar las claves correctas y a descartar aquellos mensajes que no tenían sentido. Aproximadamente se descifraron unos 84.000 mensajes encriptados alemanes al mes.

The Bombe autor Tom Yates

El descifrado de enigma dió la ventaja a los aliados. El descubrir los mensajes alemanes permitió adelantarse a los movimientos nazis. Se dice que este hito acortó la duración de la guerra en por lo menos dos años. Se salvaría miles de vidas, pero no todas las que se hubiesen podido, ya que para no ser descubiertos los aliados permitirían que algunos de sus buques o submarinos perecieran.

Se podría decir que el sacrificio de unos cientos salvarían millones. Justo no era, pero… ¿una guerra lo es?

El desenlace de Turing

En 1952 durante el mejor momento de su carrera, Allan fue llamado al orden debido a su orientación sexual. Sería juzgado y condenado por el imperio británico, el delito…ser homosexual. Una de las consecuencias de su condena fue la prohibición a que entrase a Bletchley Park.

Le dieron la opción de ir a prisión o de la castración química, Alan optaría por la segunda. Esta acción afectaría al carácter de nuestro protagonista tanto que terminaría teniendo una tremenda depresión.

El  7 de junio 1954 Alan Turing se suicidaría. Esto se llevó a cabo mediante el envenenamiento de una manzana con cianuro, al morderla moriría.

Afortunadamente en el 2013 los cargos contra Turing fueron retirados por la Reina Isabel, es cierto que él ya estaba muerto y no iba a cambiar nada, pero al menos me gusta pensar que el mundo empieza a razonar en ciertos aspectos. Un genio es un genio, ame a quien ame.

El año 2012 fue declarado el año de Alan Turing.

Hay múltiples de películas donde se muestra la vida de nuestro protagonista, yo os recomiendo la que he visto “Descifrando enigma” (the imitation game) con Benedict Cumberbatch dando vida a Alan Turing, acompañado de Keira Knightley y Matthew Goode entre otros.

Como curiosidad os dejo una hipótesis… Alan se suicido envenenando una manzana y mordiéndola. Ahora pensemos cual es uno de los logos más famosos de la actualidad tecnológica ¡Sí! el de apple… una manzana mordida. ¿Está este logo inspirado en la muerte de Alan Turing? no hay nada que lo confirme, pero a mi me gusta pensar que sí, que el trabajo de Turing fue realmente inspirador, y que a día de hoy con cada teléfono, tablet, ordenador… hay un pequeño homenaje a este gran genio.

Nos vamos escribiendo 😉

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