El arte postpaleolítico y el Neolítico en la península ibérica.

Todos conocemos las representaciones de arte paleolítico que se dieron en la cornisa cantábrica y el sur de Francia, esas maravillosas representaciones de bisontes de Altamira, el caballo de Tito Bustillo, los megaloceros de Lascaux… Se han hecho hasta películas, como La cueva de los sueños, sobre la cueva de Chauvet, en Francia, o Altamira, protagonizada por Antonio Banderas.

Sin embargo, existe otro arte rupestre posterior y menos conocido denominado arte postpaleolítico que, si bien es más esquematizado y estilizado que el arte paleolítico y, quizás, no tan espectacular, contiene una enorme fuerza simbólica y un gran dinamismo, con la figura humana como principal protagonista de las representaciones.

Existen varias clasificaciones dadas para este arte postpaleolítico según diferentes autores, pero existe bastante consenso para agruparlo en tres facies o aspectos diferentes: Arte levantino, arte esquemático y arte macroesquemático.

En el arte levantino las representaciones son naturalistas, figuras de tinta plana que representan, principalmente, animales y escenas de caza y recolección. A diferencia del arte paleolítico las pinturas no se realizan en cuevas en la oscuridad sino, fundamentalmente, en abrigos y covachas, al aire libre, y cerca de fuentes o cursos de agua. El arte levantino se extiende desde Huesca y Lleida por el norte hasta Almería y Jaén por el sur, penetrando por la península ibérica hasta Cuenca y Teruel.

Escena de caza de la Cueva de los Caballos, Barranco de la Valltorta, Castellón. Reproducción del Museu de la Valltorta. (fuente)

En el arte esquemático, las figuras se esquematizan (como su propio nombre indica), seres humanos, animales, se representan con apenas unos trazos, y aparecen figuras abstractas como líneas en zigzag, soliformes, etc. Las representaciones se realizan habitualmente en abrigos, aunque también existen representaciones en cuevas e incluso grabados sobre la roca. Este arte se extiende prácticamente por la totalidad de la península ibérica.

Figuras esquemáticas en Peña Escrita, Fuencaliente, Ciudad Real (fuente)

La facies macroesquemática es la menos frecuente de las tres, y la que más tardíamente se descubrió. Son representaciones esquemáticas de gran tamaño que se encuentran en unos pocos abrigos en el límite de las provincias de Alicante y Valencia (Serra d’Aitana, la Serra de Benicadell y la Serra de Mariola). Pero hablamos de ella más extensamente un poco más adelante…

Abrigo V del Pla de Petracos, Castell de Castells, Alicante (fuente)

Los problemas de la datación

Las primeras pinturas postpaleolíticas se dieron a conocer a principios del siglo XX por investigadores como J.Cabré, Ramón Huguet o Ceferino Rocafort.

En un primer momento, según los trabajos de Henri Breueil, se estableció una datación paleolítica para las pinturas. Sin embargo, otros autores como Eduardo Hernández-Pacheco se planteaban una datación posterior al Paleolítico.

Las diferentes hipótesis en favor de una u otra datación se manifestaron en el Simposio de Arte Rupestre celebrado en Burg Wartenstein (Austria) en 1960, que recogió Eduardo Ripoll en el siguiente cuadro:

Cuadro resumen de las posturas de los investigadores participantes en el simposio de Warstein en 1960 respecto a la cronología del arte postpaleolítico peninsular, según E. Ripoll (fuente)

En este simposio quedó aceptada la hipótesis postpaleolítica, debido a, entre otras cosas, la representación o no de fauna extinguida y los paralelismos con el arte norteafricano.

Sin embargo, seguía sin quedar clara la cronología relativa. Ripoll elaboró una clasificación evolutiva del arte postpaleolítico en función de su estilo, asignando la pintura más naturalista como elaborada por pueblos cazadores-recolectores mesolíticos, la fase más estilizada por pueblos ya plenamente neolitizados y la transición hacia la esquematización correspondería a la difusión de la primera metalurgia (periodo Calcolítico), como apunta el paralelismo existente con en el arte mueble.

Este modelo es demasiado simplista, ya que la facies esquemática se extiende prácticamente por toda la península, incluso en zonas donde no existe pintura levantina, y en los abrigos levantinos existen representaciones de figuras tanto esquemáticas como naturalistas.

Por lo tanto, parece que no existe tal evolución, y esa tendencia hacia la esquematización corresponde más bien a un cambio en la mentalidad de las poblaciones.

El macroesquemático entra en escena

En 1980 se produjo el descubrimiento de pinturas en los abrigos del Pla de Petracos, en Castell de Castells, donde Mauro S. Hernández Pérez identificó un nuevo tipo de representaciones que, por su tamaño y temática, no tenía paralelos con ninguna representación conocida en la península ibérica. A estas representaciones se las denominó “arte macroesquemático”.

Perspectiva de los abrigos VII y VIII del Pla de Petracos, Castell de Castells, Alicante (foto de la autora).

El arte macroesquemático se elabora con una pintura densa, pastosa, de color rojo oscuro. Se realiza en abrigos poco profundos, ocupando toda su superficie. Los motivos que se representan son figuras humanas con los brazos en alto, los denominados “orantes”, así como otros motivos geométricos, como los serpentiformes y los meandriformes.

Reproducción de los orantes del abrigo V del Pla de Petracos en el MARQ, Alicante (foto de la autora)

Como hemos dicho anteriormente, estas representaciones se han encontrado en una zona geográfica muy reducida, en la confluencia de las provincias de Alicante y Valencia, y durante un periodo de tiempo muy corto, apenas unos pocos siglos.

Quedaría pendiente la cuestión de cómo encajamos el arte macroesquemático dentro del puzzle de las diferentes facies del arte postpaleolítico. ¿Es anterior o posterior a estas representaciones? Pues bien, en algunos abrigos, como el de la Sarga en Alcoy o el Barranc de Benialí (Vall de Gallinera), encontramos tanto figuras macroesquemáticas como levantinas, y resulta que las levantinas se encuentran superpuestas a las macroesquemáticas. Esto quiere decir, por tanto, que las pinturas levantinas se pintaron después.

¿Entonces, cuál sería la cronología para el arte macroesquemático?

La Cova de l’Or de Beniarrés y su cerámica cardial

Muy cerca de los lugares en los que se encuentran los abrigos de La Sarga y el Pla de Petracos, en la población de Beniarrés, se encuentra una cueva muy especial, la Cova de l’Or.

Esta cueva dispone de una chimenea natural por la que entra la luz, y se encuentra en un entorno natural con presencia de manantiales y cursos de agua en los alrededores.

Cova de l’Or, Beniarrés, Alicante (foto de la autora).

El yacimiento se ha excavado desde los años 50 del siglo pasado en diversas campañas, encontrándose gran cantidad de material, tanto cerámica, como utensilios de hueso y líticos. Esta profusión de objetos ha llevado a los investigadores a hipotetizar que la cueva no sólo se trataba de un lugar de habitación, sino un santuario donde, en distintos momentos del año, concurrían diversos grupos humanos.

En la cueva se han encontrado objetos de cerámica del tipo cardial, que son cerámicas que han sido decoradas mediante la impresión de una concha denominada cardium (como el berberecho) y están asociadas al periodo Neolítico antiguo.

Vaso con decoración impresa cardial de la Cova de la Sarsa, Valencia, Museo de Prehistoria de Valencia (fuente).

Las primeras cerámicas cardiales aparecen en la zona del mar Adriático alrededor del 7000 a.C. y están asociadas a grupos con una economía mixta de cazadores-recolectores y productora, es decir, sociedades en proceso de neolitización. Se extienden por el sur de Francia hacia el 6500 a.C. ya con una economía plena neolítica, y se encuentran en el levante de la península ibérica en torno al 6000 a.C., lo que parece indicarnos la llegada de grupos neolíticos a la península entorno a esas fechas.

Uno de los vasos cerámicos cardiales encontrados en la Cova de l’Or es este:

Vaso con decoración impresa cardial de la Cova de l’Or, Alicante, Museo Arqueológico de Alcoy (fuente)

La figura representada en la cerámica… ¿no la habíamos visto en alguna parte? ¿No os recuerda a los orantes pintados en el Pla de Petracos?

Y así es cómo, por analogía formal, podemos asumir que la pintura macroesquemática fue realizada por poblaciones pertenecientes al Neolítico antiguo que producían cerámica cardial.

Conclusiones

Como hemos visto, existe consenso para afirmar que el arte macroesquemático fue realizado por poblaciones neolíticas del horizonte cardial, y tenemos algunas figuras levantinas superpuestas, es decir realizadas después. ¿Quiere esto decir que el arte levantino es neolítico?

Pues no lo sabemos.

Algunos autores afirman que sí. Otros indican que el arte levantino era desarrollado por poblaciones mesolíticas cuando los pueblos neolíticos del horizonte cardial llegaron a la península, y mantuvieron sus costumbres después de la llegada de estos.

En dataciones realizadas en 2006 sobre la capa de oxalatos que recubre la pintura se han obtenido, para muestras del abrigo del Tío Modesto en Henarejos, Cuenca, unas dataciones del 5230-5010 cal a.C. y 4800-4610 cal a.C., es decir, del VI-V milenio a.C. o anteriores. Otras muestras han dado dataciones todavía más antiguas.

En cualquier caso, estos registros son la evidencia de la complejidad del proceso de neolitización, es decir, de la adopción de economías basadas en la producción agrícola y ganadera en la península ibérica.

Las pinturas nos inducen a pensar en la llegada de poblaciones que traían economías productoras consigo, la coexistencia de poblaciones con diferentes economías e, incluso, con economías mixtas cazadoras-recolectoras y productoras, la aculturación y la adopción de las cerámicas como objetos de prestigio.

Bonus track: Arqueoacústica y simbolismo

El significado del arte postpaleolítico es complejo pero, si en algo coinciden los autores, es en la fuerza narrativa de las composiciones y en el sentido religioso de los abrigos, tratándose de verdaderos santuarios.

Investigadores como Margarita Díaz-Andreu están realizando estudios desde un enfoque novedoso, el de la acústica de los abrigos, encontrando que los lugares donde existe una mayor profusión de pinturas son lugares con una acústica especial, zonas en las que rebota el sonido y se pueden escuchar sonidos producidos a muchos metros de distancia.

Algunas culturas consideran estos lugares, donde se dan fenómenos acústicos, como lugares donde la frontera con el más allá está más difuminada y es posible contactar con los espíritus. Evidentemente, es imposible saber cuál fue la motivación de los pueblos prehistóricos para hacer estas representaciones pictóricas si ni siquiera podemos imaginar el tipo de creencias que tenían, pero estos paralelismos antropológicos resultan muy sugerentes.

Fuentes y bibliografía

  • Imagen de la portada: Panorámica del santuario rupestre del Pla de Petracos en Castell de Castells, Alicante. Foto de la autora.
  • FERNÁNDEZ VEGA, A. (coord.). (2021). Prehistoria II. Las sociedades metalúrgicas. Madrid. Ed. Ramón Areces.
  • MENENDEZ, M. (coord.). (2012). Prehistoria Antigua de la Península Ibérica. Madrid. Universidad Nacional de Educación a Distancia.
  • MENENDEZ, M. (coord.). (2013). Prehistoria Reciente de la Península Ibérica. Madrid. Universidad Nacional de Educación a Distancia.
  • DÍAZ-ANDREU, M. (2021) Arqueoacústica y arte levantino: nuevas perspectivas para el estudio de un arte silenciado. Conferencia en el Museo Arqueológico Nacional https://www.youtube.com/watch?v=BYreEsXoIvA
  • VV.AA. (2020) Cova de l’Or: Museo de sitio. Investigación, protección y apertura de un santuario del VI milenio a.C. Alicante. MARQ.
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