Hércules, el héroe de Caesarobriga

Un hallazgo sorprendente

La mañana del 17 de abril de 1996, los arqueólogos Alberto Moraleda y César Pacheco se encontraban trabajando en un sondeo de la calle San Clemente de Talavera de la Reina. Aquel día parecía que iba a transcurrir como otro cualquiera, pero de repente se produjo el hallazgo de lo que parecía ser un rostro. Ante ellos surgió una excepcional escultura de Hércules en bronce.

Aquella mañana se produjo el hallazgo de dos piezas: una escultura de un Hércules de bronce y un fragmento de una pierna, también de bronce, de tamaño natural, provista de una sandalia en el pie. Las piezas fueron halladas en un solar de un área comprendida entre la calle San Clemente, calle Entretorres y la ronda del Cañillo, próximo a la Puerta de Mérida, de origen romano. El entorno arqueológico donde fue hallado el Hércules nos sitúa en una zona clave que permite corroborar la importancia que tuvo Caesarobriga en Hispania, nombre romano de Talavera de la Reina.

Este es el momento del hallazgo del Hércules de bronce.

César Pacheco y Alberto Moraleda en el momento del hallazgo del Hércules de bronce (fuente)

Caesarobriga, una ciudad en los confines de Lusitania

Caesarobriga se situaba en la vía 25 que unía Emerita Augusta con Complutum, en el límite oriental de Lusitania con Carthaginensis, junto al valle del Tajo, lo que la convertía en un importante foco comercial. El origen de la ciudad se remonta a las comunidades indígenas celtibéricas del lugar, que fueron sometidas por el gobernador de la Hispania Citerior, Quinto Fulvio Flaco, tras una batalla en 181 a.C. cerca de Aebura, asentamiento prerromano que podría haber sido la actual Talavera de la Reina. Con la romanización, en tiempos de Augusto, surge la provincia de Lusitania, que se desgaja de Hispania Ulterior. La urbe fue fundada ex novo en época de Augusto y convertida en municipium romano (rex publica) mediante el Edicto de Latinidad, decretado por Vespasiano. Este hecho permitió a los habitantes de Caesarobriga considerarse ciudadanos romanos y dotaba a la ciudad de una estructura administrativa que le permitió ejercer un importante papel económico y político. Ya se sabe que Caesarobriga llegó a acuñar moneda propia y que contaba con unos 6.000 habitantes, que había domus decoradas con estucos y pinturas y estaban dotadas con estructuras hidráulicas.

Es en este contexto en el que situamos al Hércules, en la Caesarobriga del siglo II d.C.

Mapa de Caesarobriga, Autor: Aarón Mora. (foto de la autora)

Hércules

La escultura, de bulto redondo, fue realizada en bronce con la técnica de la cera perdida, un procedimiento que permite obtener figuras a partir de un molde que se elabora a partir de un prototipo modelado en cera de abeja. Este procedimiento se observa por el orificio en la parte superior de la cabeza, que se hacía para este sistema. Sus dimensiones son de 54 cm de altura y 34 cm y pesa aproximadamente 9 kg.

Hércules, siglo II d.C. (fuente)

Se trata de una figura masculina, totalmente desnuda y de aspecto atlético, con la musculatura muy marcada. La cabeza aparece ligeramente girada hacia la izquierda y el rostro presenta una abundante barba y pelo rizado con una diadema alrededor de su cabeza. La expresión es de gran seriedad, con un atisbo de sufrimiento, y los ojos presentan orificios vacíos, “donde se cree que pudo aplicarse pasta vítrea” (Moraleda et al., 2001:172).

Detalle de los ojos con orificios vacíos, donde pudo aplicarse pasta vítrea (foto de la autora)

A la pieza, aunque se encuentra muy bien conservada, le falta el brazo izquierdo. El derecho, por otra parte, se encuentra flexionado, con los dedos que parecen estar adheridos a un objeto. La posición de la escultura, con todo el peso del cuerpo sobre la pierna derecha, es muy distintiva de la escultura griega clásica, lo que permite afirmar que sigue el modelo de tradición griega del círculo de Lisipo.

Hércules Farnesio, Glykon de Atenas, siglo III d.C. (Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, Italia) Se trata de la copia más famosa del original en bronce atribuido a Lisipo, escultor del siglo IV a.C. La escultura representa la figura de Heracles, el héroe griego, con sus atributos, personificando el valor y el coraje. (fuente)

A partir de este análisis iconográfico de la figura, y de acuerdo con los rasgos físicos, se corresponde con Hércules, uno de los personajes más representados, con atributos de semidiós, la clava y la piel de león, lo que podría ser el objeto que estaba sosteniendo con la mano derecha. Otro posible atributo vinculado a Hércules es la mítica manzana de las Hespérides, pero esto no queda muy claro de que hubiera existido en el contexto real de la pieza, ya que se trata solo de los elementos iconográficos del semidiós.

Además del Hércules, se halló el fragmento de una pierna de tamaño natural, que mide 45 cm de longitud, 35 cm de contorno y 26 cm de longitud de la planta del pie, y pesa aproximadamente 7,5 kg. Se adscribe, en principio, a una escultura femenina, y en la actualidad está en proceso de restauración y limpieza en el Museo Ruiz de Luna de Talavera de la Reina.

El culto a Hércules en Hispania

Hércules es el término equivalente al griego Herakles, hijo de Zeus y la mortal Alcmena. Es un personaje mitológico que ha sido representado numerosas veces en diversos soportes a lo largo de la historia. Esta divinidad llegó a Roma a finales del siglo VIII a.C. y su culto en la Península Ibérica se remonta al mundo mediterráneo, como continuidad al dios fenicio Melqart. El culto a Hércules se extendió por el mundo grecolatino, identificándose al principio con el arte militar, la guerra, la victoria y el comercio, como un dios invocado como protector de los atletas antes de realizar ejercicio físico. Después llegó a presidir los baños y fuentes termales, y llegó a representar la lucha entre el bien y el mal, de ahí que se plantee su uso como amuleto. En época imperial apareció como divinidad protectora del Estado y su culto se pudo extender por su proximidad a otras divinidades indígenas. En Hispania, su figura se asimiló fácilmente y llegó a través de contingentes legionarios a la Península. Se cree que su culto no fue muy diferente al que se daba en Roma “y estuvo asentado en zonas urbanas de la Bética, en el Conventus Carthaginensis, la Meseta y el noroeste de la Península” (Moraleda et al., 2001:175).

Cronológicamente la estatua se adscribe a finales del siglo III y principios del siglo IV d.C. y fue hallada en un espacio que plantea varias interpretaciones. En primer lugar, la escultura fue hallada como enterrada en un entorno que complica su interpretación y la funcionalidad del conjunto, por lo que se han propuesto dos posibles argumentos (Moraleda et al., 2001): la primera interpretación alude a un lararium privado, dentro de una domus urbana. Si este fuera el caso, deberían aparecer más indicios escultóricos en el solar; la segunda interpretación relaciona los restos con el complejo terminal que se documentó en Talavera, vinculado al culto a Hércules en espacios termales. El culto a Hércules en Caesarobriga podría estar relacionado como una deidad para los viajeros, o bien podría estar enfocado a los militares, ya que sabemos que en la ciudad había soldados en activo y algunos veteranos retirados. En cualquier caso, una escultura de estas dimensiones está relacionada con el culto público, y no una pequeña pieza en un oratorio doméstico. Pero debemos tener en cuenta que la pieza fue localizada en un revuelto de tierra junto a la pierna, lo que llevó a los arqueólogos a plantear un posible ocultamiento, es decir, un depósito intencionado de las piezas para una posterior fundición y reutilización, ya que fue habitual fundir objetos de bronce para hacer nuevas piezas. Esta escultura resulta excepcional, ya que apenas contamos con tres ejemplos más en España de esta tipología. La epigrafía fue la principal fuente de la información, y demostró que el Hércules fue la segunda divinidad clásica en número de devotos.

Un hito en la historia de Talavera

El hallazgo del Hércules de bronce en Talavera de la Reina supuso un hito en la historia de la ciudad que refuerza la idea de una institucionalización del culto a Hércules en la Caesarobriga romana entre los siglos III y IV d.C. y corrobora la importancia que tuvo la ciudad en la Hispania romana. Era una evidencia de la vitalidad social, política y religiosa que habría tenido en aquellos tiempos.

Después de años fuera de Talavera, el Hércules regresó a la ciudad en diciembre del año pasado y en la actualidad preside la exposición temporal “Hércules en Talavera. El retorno de un héroe”, comisariada por Gema Alonso. La exposición está disponible en el Museo de cerámica Ruiz de Luna en Talavera de la Reina hasta el 2 de julio, y nos permite contextualizar la pieza en la Caesarobriga romana.

“Hércules en Talavera. El retorno de un héroe” (fuente)
Museo de cerámica Ruiz de Luna, Talavera de la Reina (Foto de la autora)

Bibliografía

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